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EL LARGO CAMINO DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS PARA 

LLEGAR A LA UNIVERSIDAD 

Los factores que colocan a los pueblos indígenas en una situación de desventaja hacen que para ellos aspirar a obtener un título universitario se convierta  en una odisea. Los grupos étnicos minoritarios apenas completan el ciclo básico y llegar a las aulas de las facultades es, para muchos, una utopía. De la población universitaria, solo el 3% corresponde a indígenas.

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Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la educación es clave para el desarrollo sostenible y la base para mejorar la vida de las personas y sus comunidades. El cuarto objetivo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible es "asegurar que todas las niñas y niños completen su educación primaria y secundaria gratuita para 2030" y "lograr el acceso universal a educación superior de calidad".

 

En una década se cumplirá el plazo para alcanzar este objetivo, pero el derecho a la educación continúa siendo un privilegio en países como Ecuador. La formación académica de una persona empieza en el kínder y termina en la universidad. En nuestro país, sin embargo, los grupos étnicos minoritarios apenas completan el ciclo básico y llegar a las aulas de las facultades es, para muchos, una utopía.

 

La brecha respecto a la educación superior entre mestizos, indígenas, afros y montubios es notable, pese a ser poblaciones minoritarias. Según la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (SENESCYT), del total de matriculados en universidades y escuelas politécnicas, el 6% corresponde a afros, el  3% a indígenas y el 1% a montubios

Las realidades de los pueblos indígenas varían de norte a sur y de costa a oriente, pero lo cierto es que mientras en las familias mestizas hay terceras y cuartas generaciones de graduados universitarios, en las comunidades indígenas al día de hoy existen jóvenes en ser la primera generación de su familia que obtendrán un título universitario.

Para los taitas y mamas sostener un lápiz en las manos frente a una pizarra no era una opción accesible o si lo fue duró muy poco tiempo y en condiciones informales. Quienes pudieron educarse tuvieron que perder su identidad como Eugenio Espejo, comenta la abogada y líder indígena, Nina Pacari. 

Ser indígena era sinónimo de ignorancia e inferioridad. En el imaginario social occidental, los pueblos indígenas fueron constituidos como pueblos exclusivamente agrarios o agrícolas que no necesitaban ser educados. 

El analfabetismo continúo siendo la norma, aunque los pueblos no ignoraban las razones del abuso al que estaban sometidos. Las primeras organizaciones indígenas surgieron precisamente de la necesidad de cuestionar el Estado, fundamentado en un sistema de profunda desigualdad y reclamar autonomías y derechos territoriales, políticos, económicos y culturales. 

Fue apenas a mediados del siglo pasado que un número muy reducido de indígenas de la sierra norte pudo asistir a la universidad. "Nuestros padres tenían muy clara la idea de que el estudio era una posibilidad para ir superando el tema de la explotación y los abusos, porque ellos estaban conscientes de que permanentemente fueron chantajeados", explica Ariruma Kowii, catedrático otavaleño de la Universidad Andina Simón Bolívar.

 

Sin embargo, para la mayoría, tanto de la sierra norte como de otras áreas geográficas, la educación en general y la superior en particular quedó relegada a un sueño.  


Líderes kichwas 

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Nina Pacari 

Pacari es uno de los rostro de la generación de kichwas que luchó por dejar asentados los derechos de los pueblos indígenas en la Constitución. Obtuvo su título de abogada en 1986 por la Universidad Central del Ecuador. Su activismo empezó desde muy temprana edad, lo que más tarde le llevó a participar en la política nacional y ahora se dedica a impartir talleres de justicia indígena. Nina ha ocupado cargos relevantes en los tres poderes del Estado: ejecutivo, legislativo y judicial. 

Largas distancias 

Mientras Apak Perugachi caminaba hacia su escuela por la mañana, otros niños citadinos apenas estaban despertando. Ir desde la comunidad de Morales Chupa hasta la escuela fiscal 6 de Julio en el centro de la ciudad de Cotacachi le tomaba una hora en dos medios de transporte: sus pies y un bus. 

La falta de cobertura escolar es un problema que los indígenas deben enfrentar desde niños. Según una investigación de FLACSO de 2015, el número de establecimientos educativos es menor en las zonas rurales, lo cual provoca la migración forzosa del campo a la ciudad. 

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Escucha el relato de Apak aquí:
Apak Perugachi 

Apak es un joven indígena de 28 años de la comunidad de Morales Chupa del cantón Cotacachi. Se dedica a ser gestor cultural y a la enseñanza del kichwa. No terminó sus estudios universitarios, pero aspira algún día crear una microempresa. 

Las escuelas comunitarias aliviaban de alguna manera esta situación. Sin embargo, con el Plan de Reordenamiento de la Oferta Educativa del 2013, se cerraron escuelas comunitarias, uni-docentes, interculturales bilingües y alternativas. Así se crearon aún más obstáculos para los niños de las zonas rurales al ingresar al sistema educativo. El plan tenía como objetivo fortalecer y racionalizar la oferta educativa, pero fue criticado principalmente por delegados indígenas de la CONAIE.

"En nombre de las instituciones del Milenio se cerraron muchas escuelas comunitarias. Se decía que estas escuelitas no sirven para nada, son de baja calidad, muy politizadas, entonces cerremos", explica Sebastián Granda, director de la carrera de Educación Intercultural Bilingüe de la Universidad Politécnica Salesiana. Las escuelas del Milenio según Granda quedaron en una visión folclórica que no va de acorde con las realidades del sector rural.  

 

Apak se cambió a una institución más cercana a su comunidad al culminar el ciclo básico. El colegio transcurrió sin mayores altibajos hasta que llegó el momento de decidir su futuro una vez terminado el bachillerato.

La principal traba para los jóvenes kichwas de las zonas rurales es que la mayoría de universidades públicas e institutos tecnológicos se encuentran en las capitales. Migrar de una provincia a la capital conlleva grandes gastos de vivienda, alimentación y transporte que no pueden ser asumidos por chicos como Apak.

 

A diferencia de muchos de sus compañeros, el joven kichwa sí le dio a la educación superior una oportunidad para mejorar sus condiciones de vida, pero aparecieron nuevas trabas. Ingresó a la Universidad Central a la carrera de medicina veterinaria, pero por motivos económicos y personales no terminó sus estudios. 

 

Geovanny proviene de una familia de escasos recursos económicos dedicada al comercio y a la agricultura. Desde pequeño el joven kichwa mostró habilidades que su madre procuró alentar. Su capacidad por absorber nuevos conocimientos prometía un futuro educativo exitoso

 

Sin embargo, las trabas aparecieron luego de terminar el colegio con un título de bachiller en artes musicales. Ingresó a estudiar arquitectura en la PUCE-SI y pronto se dio cuenta de las desventajas que presentaba frente a sus profesores, a pesar de su esfuerzo

La educación en Ecuador está aún muy segregada, pese a que los artículos 3, 26, 27 y 28, entre otros de la Constitución promueve la igualdad de condiciones. El catedrático Kowii manifiesta que existe un problema estructural porque la educación en las capitales siempre es mejor que en las provincias.

Aquellos que estudiaron en escuelas comunitarias, radialesa distancia e incluso en escuelas fiscales no acceden a la educación superior. "Acaban el bachillerato y van al mundo laboral. El grueso de esa población indígena de los sectores quintil 1, quintil 2, que son los sectores más pobres que están en las zonas rurales terminan en las plantaciones, en los mercados o en pequeñitos negocios", agrega Granda.   

Geovanny abandonó la PUCE-SI y se vio obligado a trabajar para apoyar a su familia. Le volvió a apostar a la educación superior y un año más tarde ingresó a un tecnológico, pero nuevamente desertó. Hasta que finalmente debido a su liderazgo en organizaciones de jóvenes kichwas conoció al director del Programa de Diversidad Étnica de la USFQ e ingresó a estudiar en esa institución la carrera de artes liberales. 

Desigualdad socioeconómica

Geovanny Sánchez originario de la comunidad de Tunibamba, en Cotacachi, provincia de Imbabura, ha tenido un camino largo, sinuoso y lleno de escollos para acceder a la educación superior.

Si bien recibió apoyo de su familia, dentro de las mismas instituciones educativas fue desalentado en varias ocasiones por su etnia y su situación económica.

Luego de terminar el bachillerato las opciones de Apolo eran convertirse en militar o en cura para poder independizarse más fácilmente y apoyar a su familia. Viajó hasta Quito para formarse como cura en la Universidad Católica, pero antes de ingresar un amigo lo invitó a dar las pruebas para hacerse militar, pero por cuestiones personales abandonó esa opción. Más tarde rindió las pruebas de la Senescyt y gracias a un compañero supo que la USFQ brinda becas de diversidad étnica e ingresó a estudiar educación. 

La motivación es clave  

Apolo Espinosa tuvo la suerte de que su familia lo alentara a dedicarse al estudio y a diferencia de muchos de sus compañeros de la escuela y colegio, pronto obtendrá un título universitario.

Geovanny Sánchez

Geovanny tiene 26 años y es de la comunidad de Tunibamba en Cotacachi, provincia de Imbabura. Estudia Artes Liberales en la USFQ y es uno de los líderes de la Unión de Organizaciones Campesinas de Cotacachi (UNORCAC)

Escucha el relato de Apolo aquí:
APOLO ESPINOSA

Apolo tiene 25 años, es de la nacionalidad shuar y estudia educación en la Universidad San Francisco de Quito. El joven shuar aspira regresar a su comunidad y motivar a más jóvenes a estudiar. 

En el último Informe a la Nación, el expresidente Correa destacó a la educación como una de las mejores inversiones que hizo su gobierno. Sin embargo, lo celebrado por la Revolución Ciudadana fue también objeto de críticas.

 

Respecto a la educación superior, Ariruma Kowii argumenta que "en el discurso del gobierno de Correa, la educación como política de Estado era para que todos se beneficien, pero en la práctica a quienes benefició más fue a clase media alta". 

Granda concuerda y dice que "en el gobierno hubo iniciativas interesantes. Vía becas especiales subió mucho el acceso de población indígena a la educación superior".

De acuerdo con el Informe a la Nación del expresidente que se entregó por escrito en 2017, gracias al Sistema Nacional de Nivelación y Admisión (SNNA) "alrededor de 43.000 personas pertenecientes a pueblos y nacionalidades obtuvieron un cupo para iniciar estudios superiores" y "entre 2007 y 2016 se entregaron 19.586 becas".

 

 

El especialista de la Universidad Salesiana dice que eso es un logro. Pero manifiesta que "fueron sectores del mundo indígena que no eran los sectores más pobres, más rurales. Fueron los sectores un poquito más acomodados que pudieron tener una educación mejor a nivel de primaria y secundaria, que pudieron dar buenas pruebas para ingresar a la universidad". 

 

Las pruebas estandarizadas que se implementaron como el examen PISA, la prueba de la Senescyt que más tarde se convirtió en la evaluación Ser Bachiller, constituyeron filtros que dificultaron el acceso de población indígena rural a las universidades públicas. 

Panorama a futuro 

El gobierno del presidente Lenín Moreno ha establecido el diálogo con organizaciones y dirigentes indígenas. El 13 de noviembre de 2017, Jaime Vargas, presidente de la CONAIE y Moreno se reunieron para evaluar los proyectos que fueron presentados al presidente el mismo año tales como: la instauración de la educación intercultural bilingüe, la resolución de conflictos de tierra y el transporte comunitario, entre otros. 

Además, el 21 de noviembre de 2018, la Senescyt anunció que la Universidad Indígena Amawtay Wasi entrará de nuevo en funcionamiento en el 2020.

Por otro lado, el 31 de enero de 2019, el Ministro de Educación Milton Luna anunció que en la Sierra iniciará el proceso de reapertura de escuelas comunitarias. Luna manifestó que este año se abrirán unas 1.000 escuelas en las comunidades que necesitarán una inversión de 70 millones de dólares

Por ahora, de acuerdo con Granda Y Kowii las promesas están en el discurso y habrá que esperar hasta ver resultados tangibles. 

AQUELLOS QUE SOÑARON

Después de las guerras de independencia, el Ecuador se erigió como un Estado-Nación, pero mantuvo la estructura colonial cimentada por los sistemas de plantación en la Costa y de hacienda en la Sierra, de acuerdo con una investigación del economista Pablo Dávalos.

 

Los indígenas en su condición de peones o huasipungueros fueron obligados a labrar los campos de los terratenientes,  a trabajar en los obrajes o en las mitas de sol a sol. Sus ásperas manos señalaban una vida marcada por el trabajo en la tierra. 

LA ODISEA DE EDUCARSE 

POR PRIMERA VEZ 

Los pueblos indígenas han conquistado varios derechos desde el siglo pasado a través de una larga y ardua lucha. Muchos están ahora reconocidos en la Constitución vigente del 2008 como la autodeterminación de los pueblos y la oficialización de las lenguas de las nacionalidades indígenas del Ecuador. La educación es también uno de ellos.

 

Sin embargo, existen factores que dificultan a los grupos étnicos el ejercicio de este derecho, como la desigualdad socioeconómica, la falta de cobertura escolar y la poca motivación que reciben los sectores rurales para educarse. 

Estas dificultades o barreras aparecen desde que los niños y niñas indígenas ingresan a la educación básica y se acentúan a medida que avanzan de grado escolar. Los obstáculos para llegar al nivel superior son casi imposibles de vencer para la gran mayoría.

LA ODISEA DE EDUCARSE

EDUCACIÓN SUPERIOR EN LA POLÍTICA PÚBLICA 

La llamada 'Revolución Educativa' con la que se planeaba ampliar la cobertura educativa y eliminar la brecha de acceso a la educación fue una de las marcas distintivas del gobierno de Rafael Correa. A través de políticas públicas como la Ley de Educación Intercultural se pusieron en marcha programas como el desayuno escolar, la entrega gratuita de uniformes, la nueva infraestructura escolar con la que se crearon las escuelas del Milenio y la estandarización de pruebas y exámenes y programas de becas en universidades privadas, públicas y extranjeras.

 

A diferencia de otros mandatarios, el expresidente, a través del discurso, convirtió a la educación como una de las insignias de su gobierno. Sin embargo, según los catedráticos Kowii y Granda, estas políticas y programas beneficiaron solo a la clase media de la población. Para el grueso de las poblaciones rurales las brechas de acceso a la educación se ampliaron. 

AQUELLOS QUE SOÑARON
POLÍTICA PÚBLICA
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